Hilando mi viaje
Tejer fue mi manera de reconectar con la vida que realmente quería. Hoy, es mi forma de compartir belleza y calma contigo.
Durante años, viví en una rutina exigente, centrada en logros que poco a poco dejaron un vacío. Hasta que un día decidí parar. Respirar. Escucharme.
Siempre sentí pasión por la decoración, por los objetos únicos que hacen que un lugar se sienta vivido, especial. Fue entonces cuando descubrí el arte textil como refugio y expresión. Empecé a tejer con mis propias manos, y cada nudo se convirtió en una forma de liberar emociones, de volver a lo esencial. Encontré alegría en lo sencillo. Libertad en la creación.
Así nació muhyi: más que una marca, una forma de valorar la belleza imperfecta y sincera. Ojalá alguna de ellas encuentre su lugar en tu hogar.
Un muhyi, una historia
En muhyi, no se trata solo de crear textiles. Se trata de tejer emociones. Cada pieza nace con la intención de aportar belleza, calma y sentido. Hechas a mano, sin prisas, con materiales nobles y en ediciones limitadas, mis creaciones celebran la autenticidad y rechazan la producción en masa.
Las piezas pueden personalizarse (colores, formatos, dimensiones…) para que lo que llegue a tus manos no sea solo una obra textil, sino algo que conecte contigo y con tu hogar. Creo en la artesanía como acto de amor y compromiso. Mi ilusión es ayudarte a transformar espacios en lugares que cuenten algo de ti.
Porque lo que se hace con el corazón, perdura.
¿Por qué muhyi?
El nombre muhyi nace de una palabra que siempre me ha encantado: ‘mullidito’ o mullido.
Tiene algo de abrigo, de suavidad, de refugio. Quería que todo lo que creara tuviera esa esencia, pero también representa el cambio que elegí en mi vida.
La forma de escribirlo surgió como un juego fonético. Busqué una forma de conservar el sonido de la “ll” en distintos idiomas para que siguiera sonando “mulli”.
Si alguna de estas piezas encuentra su lugar en tu hogar, será como cerrar un círculo.
El de un hilo que empezó buscando sentido… y ahora te encuentra a ti.